Cuando el público se asombra en mis presentaciones en universidades y colegios, o en la televisión, y clama que está frente a un dgenio, ante un cerebro privilegiado, yo no puedo menos que sonreír con agradecimiento por tanta bondad. Y digo "bondad", porque en realidad yo no soy ningún genio, ni tengo una computadora en el cerebro ni vengo de otro plante. Nada de eso. SImplemente descubrí desde cuando era niño que el hombre tiene una cantidad de recursos que puede utilizarlos usted, querido lector, y puede utilizarlos su señora, sus hijos, sus compañeros de oficina y todo el mundo, y dar la apariencia de ser un genio...
jueves, 21 de febrero de 2008
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