Son muchas, miles, las configuraciones que puedes realizar a la hora de construir un ordenador por piezas. Existen componentes más potentes y otros cuyo rendimiento es menor, pero en general todos se comportan muy bien con determinadas tareas básicas, como puede ser navegar, reproducción de música y vídeo y similares.
A continuación encontraréis una guía básica para tener en cuenta los aspectos más importantes para ahorrarse unos pocos euros. Es una guía basada en mis recomendaciones y experiencias personales, que no dudaré en ampliar con vuestras consejos para elaborar una guía más completa aún.
Empecemos:
Hablamos de ordenadores de sobremesa, y a la hora de comprar uno podemos distinguir entre dos variantes.
Por un lado tenemos los ordenadores de marca, de las grandes empresas tipo Dell, HP, Acer o Sony, entre otras muchas, cuya instalación es muy sencilla y que suelen venir en packs con la “torre”, monitor, teclado, ratón, e incluso en algunos casos con impresora. Como ventajas podemos encontrar que el aspecto de todo el conjunto se mantiene, con los mismos colores y diseños. Además, la garantía por si algo falla está centralizada y la instalación y configuración será muy sencilla, aunque por otro lado el precio es bastante mayor y son menos personalizables, desde el punto de vista del hardware.
- Por el otro lado, los ordenadores clónicos, que es como se suelen llamar a los ordenadores hechos por piezas. La diferencia está principalmente en la posibilidad de personalizar los componentes que formarán el ordenador, con lo que el abanico de posibilidades se amplía. Se podrán elegir diferentes marcas de un mismo tipo de componente (por ejemplo, diferentes gráficas), e incluso podremos eliminar una determinada pieza para instalarle una que tengamos de segunda mano (por ejemplo, una regrabadora de DVD de nuestro viejo ordenador que funcione sin problemas). Está claro que, al ser mucho más personalizables, podremos hacer ordenadores mucho más baratos y cuyo rendimiento tendrá una gran eficiencia. Símplemente hay que buscar un poco y trabajárselo un poco más que al comprar un ordenador de marca, aunque desde mi punto de vista la cosa sí merece la pena.
El principal inconveniente que suelen tener estos ordenadores clónicos es que hay que preparar un presupuesto con unas determinadas piezas que deben elegirse una a una. Una vez que lo tengamos, se monta (ahora es muy fácil, parecido a montar un puzzle de colores) y entonces el ordenador estará preparado para funcionar. El siguiente paso será instalar el sistema operativo y el resto de software... y listo.
¿Ya has elegido?. Si buscas un ordenador barato, tu elección será posiblemente un ordenador clónico. Es cierto que existen determinadas ofertas en ordenadores de marca que son muy suculentas y cuyo precio es realmente atractivo, aunque su rendimiento seguramente sea algo menor al que ofrecerá un clónico del mismo precio.
¿Y cómo ahorrarse unos euros en ese ordenador clónico?. Existen multitud de franquicias en todo el territorio español que venden las piezas sueltas. Todas estas tiendas disponen de páginas web que informan sobre los precios de los componentes, que podremos elegir fácilmente gracias al sistema de categorías que tienen.
Básicamente, todos los ordenadores necesitan los mismos componentes:
- Caja (torre, pero vacía)
- Fuente de alimentación.
- Placa base.
- Microprocesador (CPU).
- Módulo(s) de memoria RAM.
- Disco(s) duro(s)
- Tarjeta gráfica.
- Tarjeta de sonido.
- Lector de discos (CD, DVD…).
- Monitor.
- Teclado.
- Ratón.
- Altavoces.
Ésta pequeña lista pretende incluir todos los componentes imprecindibles, aunque se podrían añadir algunos menos importantes, como un lector de tarjetas, una disquetera, un lector de huellas digitales… pero lo básico espero que haya sido plasmado arriba.
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